| TÍTULO ORIGINAL | Le voyage du ballon rouge (The Flight Of The Red Balloon) |
|---|---|
| AÑO | 2007 |
| DURACIÓN | |
| PAÍS |  |
| DIRECTOR | Hou Hsiao-Hsien |
| GUIÓN | Hou Hsiao-Hsien, François Margolin |
| MÚSICA | Camille |
| FOTOGRAFÍA | Yorick Lesaux, Lee Ping Bing |
| REPARTO | Juliette Binoche, Simon Iteanu, Hippolyte Girardot, Song Fang, Louise Margolin, Anna Sigalevitch |
| PRODUCTORA | Margo Films / 3H Productions / Les Films du Lendemain |
| GÉNERO | Drama |
El mundo oriental, siempre misterioso y lejano, nos comparte esta vez la mirada atenta, curiosa, viajera, reflexiva y paciente de Hou Hsiao- Hsien, regalándonos una vez más la mirada sobria, y serena que nos demuestra lo distanciadas que se encuentran las maneras de observar y de contar historias, de las dos mitades del mundo, este cineasta de origen chino, criado en Taiwan, es reconocido en el mundo entero por sus obras altamente poéticas, de acción mínima, de significado enorme, tan enorme como sencillo.
En El Vuelo del Globo Rojo nos encontramos con la vida en París, la vida común en París, ciudad llena de magia que podría hacernos creer que la vida allí no puede ser tan común y corriente como en cualquier otro lugar. Aquí Suzzane, una madre divorciada, y su hijo Simon de 7 años, desarrollan su vida, ella es titiritera, se gana la vida escribiendo y contando con su voz distintas historias, y con el ajetreo del día a día no tiene tiempo suficiente para repartirlo en las responsabilidades de la sencilla cotidianidad de su hijo y las suyas, por lo que contrata a Song, una estudiante de cine china, que se encuentra en París y quien junto a Simon va recorriendo la ciudad, a la vez que graba imágenes de este siendo seguido por un globo rojo. Es estoy y nada más, no existen mayores complicaciones que las de la vida misma, no hay mayores enredos y sufrimientos que los que se presentan en la cotidianidad, no hay alarmas de dramatismo, y el director no hace ningún llamado distinto al de observar, y re observar el diario vivir, el diario conocer y recordar la vida en su máximo esplendor, en su máxima sencillez.
Tomando el roba-suspiros mediometraje de 1956 El Globo Rojo, realizado por Albert Lamorrise, donde un enorme, alucinante, esplendido y mágico globo rojo y un niño, recorren juntos la ciudad, recordándonos la magia de ser pequeños, de encontrar la alegría y de conocer el cariño, y también la tristeza, y la soledad, este mediometraje ganador de la Palma de Oro en Cannes, es el punto de partida de Hou en la realización de este film, pero a diferencia de aquel, el globo rojo no cumple un papel protagónico, ni su roja magia es la estrella, así como no son sus aventuras las que nos mantienen encantados, Hou, siendo un extranjero se dedica con su cámara, tomando como excusa una madre y su hijo, a recorrer y a conocer la ciudad, por medio de largos planos donde la cámara no tiene casi ningún movimiento, él observa, admira, espera que las cosas sucedan allí, que el tiempo cumpla su función, que la vida sola vaya desarrollándose ante la mirada, pasiva, del lente. Los reflejos de la imágenes en el cristal son el componente visual de mayor atractivo en esta obra, el movimiento y la vida vistos atreves de los vidrios y ventanas durante todo el film, agregan ese sabor dulce der ser consientes de el rol de observador de la cotidianidad que nos propone su autor.
Un film para contemplar y admirar la belleza de la cotidianidad, para disfrutar y pensar en la dulzura del diario vivir, más allá de los conflictos cotidianos que vive el ser diariamente, un film para alegrar la mirada, para perderse en las largas secuencias, y soñar con un globo rojo juguetón que ojala fuera quien nos acompañara en nuestros recorridos solitarios.
Alejandra Jaramillo.
En El Vuelo del Globo Rojo nos encontramos con la vida en París, la vida común en París, ciudad llena de magia que podría hacernos creer que la vida allí no puede ser tan común y corriente como en cualquier otro lugar. Aquí Suzzane, una madre divorciada, y su hijo Simon de 7 años, desarrollan su vida, ella es titiritera, se gana la vida escribiendo y contando con su voz distintas historias, y con el ajetreo del día a día no tiene tiempo suficiente para repartirlo en las responsabilidades de la sencilla cotidianidad de su hijo y las suyas, por lo que contrata a Song, una estudiante de cine china, que se encuentra en París y quien junto a Simon va recorriendo la ciudad, a la vez que graba imágenes de este siendo seguido por un globo rojo. Es estoy y nada más, no existen mayores complicaciones que las de la vida misma, no hay mayores enredos y sufrimientos que los que se presentan en la cotidianidad, no hay alarmas de dramatismo, y el director no hace ningún llamado distinto al de observar, y re observar el diario vivir, el diario conocer y recordar la vida en su máximo esplendor, en su máxima sencillez.
Tomando el roba-suspiros mediometraje de 1956 El Globo Rojo, realizado por Albert Lamorrise, donde un enorme, alucinante, esplendido y mágico globo rojo y un niño, recorren juntos la ciudad, recordándonos la magia de ser pequeños, de encontrar la alegría y de conocer el cariño, y también la tristeza, y la soledad, este mediometraje ganador de la Palma de Oro en Cannes, es el punto de partida de Hou en la realización de este film, pero a diferencia de aquel, el globo rojo no cumple un papel protagónico, ni su roja magia es la estrella, así como no son sus aventuras las que nos mantienen encantados, Hou, siendo un extranjero se dedica con su cámara, tomando como excusa una madre y su hijo, a recorrer y a conocer la ciudad, por medio de largos planos donde la cámara no tiene casi ningún movimiento, él observa, admira, espera que las cosas sucedan allí, que el tiempo cumpla su función, que la vida sola vaya desarrollándose ante la mirada, pasiva, del lente. Los reflejos de la imágenes en el cristal son el componente visual de mayor atractivo en esta obra, el movimiento y la vida vistos atreves de los vidrios y ventanas durante todo el film, agregan ese sabor dulce der ser consientes de el rol de observador de la cotidianidad que nos propone su autor.
Un film para contemplar y admirar la belleza de la cotidianidad, para disfrutar y pensar en la dulzura del diario vivir, más allá de los conflictos cotidianos que vive el ser diariamente, un film para alegrar la mirada, para perderse en las largas secuencias, y soñar con un globo rojo juguetón que ojala fuera quien nos acompañara en nuestros recorridos solitarios.
Alejandra Jaramillo.
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